Las delegaciones juegan un papel fundamental. Su cercanía con el cliente nos ayuda a entender mejor las necesidades y adaptarnos. El cliente cuenta con una persona de confianza que les ofrece un trato cercano. Esta es, sin duda, una de las mayores ventajas competitivas que tiene CHC y debemos seguir fortaleciendo.

La escucha activa al delegado es la mejor forma de identificar las necesidades de nuestros clientes. Ellos son los que ponen nombre y cara a los clientes y nos trasladan mejor que nadie esas necesidades específicas.

El trabajo en equipo entre la delegación y la oficina central es la mejor herramienta que tenemos para conocer a los clientes y trabajar en una mejora constante que nos acerque a ellos.

Venimos de unos años complicados. El cambio de sistemas junto con la situación del mercado ha hecho mella en la relación con los clientes.

El principal reto es volver a ganarnos su confianza, demostrarles que trabajamos día a día para dar respuesta a sus necesidades y lograr su satisfacción, con el compromiso y valores que nos diferencian. Que sientan en CHC la cercanía y la tranquilidad que nos ha llevado a ser una de las comercializadoras con mayor nivel de satisfacción.

Además, debemos adaptarnos a un sector en constante cambio para cubrir todas las nuevas necesidades que surgen y hacer más fácil la vida de nuestros clientes.