Una tarifa de luz de discriminación horaria es la medida perfecta para empezar a ahorrar en electricidad en este tipo de casos y lo mejor de todo, es que en muchas ocasiones no requiere ningún tipo de esfuerzo por parte del tomador del servicio.
Bastará simplemente con tratar de habituar levemente nuestros hábitos de consumo eléctrico a los llamados periodos valle, aquellas horas en las que el consumo de luz nos resulta más barato gracias a este tipo de facturación. Por lo general, suelen coincidir con las últimas horas del día, incluyendo la noche y las primeras de cada mañana. Si por ejemplo, tu jornada laboral se extiende desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde, este tipo de tarifa es perfecta para ti. Será suficiente con esperar un poco al llegar a casa para poner en marcha tus electrodomésticos de más consumo como pueden ser la lavadora o el lavavajillas.
Aprovecha el resto del día para realizar otras tareas que no conlleven un gasto eléctrico y utiliza las horas en las que el consumo resulta más barato para cocinar o planchar. Ni siquiera tendrás que cambiar tu rutina para empezar a observar como el precio de tu factura se reduce mes a mes casi por arte de madia.